La efectividad de costes en tiempos de crisis

En tiempos de crisis los “reductores” de costes se apoderan de la situación. Una de las primeras medidas que suelen tomar para reducir los gastos es reducir el personal. Esta es una medida que probablemente parezca razonable, pero puede resultar desastrosa porque destruye el capital humano y puede afectar el nivel operativo de la empresa y, en consecuencia, provocar una caída en la calidad el producto o servicio, lo que agravaría aún más la situación de la empresa y los clientes pueden buscar otros proveedores para atender sus necesidades. Se podría argumentar que esta reducción del personal se puede compensar con una mejora de la productividad.

Bajar los recortes salariales, sobre todo a nivel alto, es una manera de reducir los costes, pero es evidente que los individuos que resultarán adversamente afectados no van a sonreír ante la sugerencia de “cortar sus propios pescuezos”.

Ante una situación delicada como la que nos ha dejado la actual crisis sanitaria, es evidente la necesidad de inducir un comportamiento de apoyo a la empresa, porque en caso de no reducir los costes, nos sobrevendrá una catástrofe. En esta situación, sin embargo, para evitar la desmotivación y potenciar las ansias por luchar para revertir los resultados, es importante dejar la puerta abierta a una prima variable en una cantidad igual o superior una vez se recuperen los resultados para que esas personas puedan recuperar la pérdida salarial que han sufrido.

Habiendo dicho lo anterior, sin embargo, debemos añadir que toda reducción de costos supone un peligro cuando se pierden de vista dos elementos básicos: coste y efectividad. Sustituya “efectividad” por la frase “aportación a los objetivos esenciales”. Después compare los objetivos frente a los costes. Los resultados pueden resultarle sorprendentes.

Cuando el objetivo lo requiere, puede ser necesario aumentar los gastos. Ciertamente, usted no querría seguir el ejemplo de una ONG que sufría una bajada de número de afiliados e ingresos y decidió reducir sus costes mediante la reducción del número de reclutadores.

La efectividad de costes a menudo significa dar a los recursos aquellos usos que ofrezcan las mayores posibilidades de rentabilidad. Un fabricante de productos de consumo llevó a cabo con éxito un programa de reducción de costes, acompañado de una bajada salarial de sus directivos y salarios más altos durante el periodo de crisis económica, pero invirtió esos ahorros en publicidad para aumentar sus ventas. La dirección de la empresa pidió a todos sus empleados un esfuerzo de reducción de costes para utilizar ese dinero con el objetivo de aumentar sus ventas. Todos los empleados colaboraron en el esfuerzo de reducción de costes y los resultados fueron excelentes.

Las crisis económicas son más dolorosas cuando vemos a las personas sufrir sus consecuencias. Sin embargo, es un hecho innegable que las empresas que aprenden a sobrevivir ante la adversidad salen más fuertes, más agresivas y posiblemente con mayor efectividad de costes.

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